Falafelería

Muy delicioso!!! Si buscas comer platos sin carne, esta es una opción vegetariana deliciosa. Además el precio por plato va desde los 6 euros hasta los 9 y quedas muy lleno de hecho casi no pudo terminar el mio. Pedimos bowls de falafel, pero en otra ocasión ya habíamos probado las pitas y están igual de buenas. La atención excelente! Muy recomendado

Teníamos ganas de probarlo y 10/10 repetiremos. Probamos en el tapapies y lo dejamos en pendientes. Probamos el falafel, con una cerveza total 10€. MUY rico y contundente, buen tamaño. El personal amable. Sirven rápido. El local es agradable. Lo recomiendo. Gracias por todo.

La comida está bastante buena y los bowls son bastante grandes, excelente opción para vegetarianos también. Lo único que quizás pudiera mejorar es una mejor atención para primeras veces, no conocía la carta, ni los tamaños y la chica esperando para apuntar sin querer orientarme o decirme esto es mucho o poco etc etc (le dije “es que es primera vez que vengo”), por lo que terminamos con demasiada comida.

Me encantó. El pan pita esta increíble, se sentía muy fresco al comerlo, y el falafel BUENÍSIMO. Volveremos a repetir y gracias a la buena atención de los chic@s. RECOMENDADO

Llegamos casi por casualidad y quisimos entrar a probar. El sitio es muy bonito y las chicas que nos atendieron fueron super amables. Probamos el falafel en pita (puedes elegir salsas e ingredientes) y las patatas con alioli vegano, todo muy rico. También probamos las limonadas que son super recomendables! El precio correcto.

Muy rico para comer algo rápido y fresco. Aunque este local es más grande, prefiero el de calle Santa Bárbara, cuesta más llegar a esta dirección y en verano hace demasiado calor dentro, los trabajadores se ve que se quieren morir del calor, pobres... Igualmente lo recomiendo porque es muy buena opción cuando quieres comer rápido y sano.

Primera vez que tomaba un falafel en pita. Estaba riquisimo, con bastante cantidad y muy sabroso. Puedes elegir que ingredientes le ponen, yo lo pedí completo y la verdad no quitaría nada. En cuanto al precio, un pita y una bebida salen por poquito más de 10€

Buen sabor, buen ambiente, buena atención, productos frescos y recién preparados. Excelente alternativa vegetariana y los precios están acorde al volumen de la comida, totalmente recomendable!

Super rico el pita de falafel y swarma. Calidad precio es genial. Las patatas fritas super crujientes. El local nos gusta más que el de malasaña, en cuanto a comodidad y la decoración en madera lo hace muy acogedor. Volveremos a menudo

B-U-E-N-Í-S-I-M-O, me encantó, tanto la presentación, como la calidad de la comida y cantidad que te ponen es perfecta. Lo disfruté muchísimo. Limonada está también riquísima, pedirla. Espero volver.

Hicimos el pedido a domicilio y nos encantó. Buena presentación y llego todo aún caliente. Fueron muy rápidos y nos gustaron mucho todos los platos. Muchos sabores y texturas. Repetiremos Hemos repetido en el local y nos ha encantado. Todo minimalista y muy limpio. Las chicas muy amables y el servicio rápido y eficiente.

Excelente opción (especialmente para vegetarianos y veganos). Rápido, rico y a buen precio.

Local nuevo en Lavapiés, donde antes estaba El Hórreo. Como su propio nombre indica, especialistas en falafel, y la verdad que muy bueno: pides, pagad y te llaman para pedir tu plato según te guste. Varias salsas y verduras para elegir. Los precios son algo más elevados de lo habitual, pero el resultado merece la pena; los pitas vienen bien cargados. Tienen también platos veganos, con verduras y con seitán. Salón amplio con varias mesas. Recomendable, buena experiencia.

Creo que fue una de las mejores comidas que tuve en Madrid relación precio calidad. El personal atento y amable. Las porciones son generosas y a buen precio. Lo único que los taburete de la barra principal quedan muy incómodos ya que las piernas chocan contra la misma.

Excelente precio para almorzar un día de semana. La comida la sirven rápido y el trato dellas chicas es muy bueno.

Un lugar con onda, muy rico el falafel en pan de pita, muy simpáticas las chicas que atendian. El único detalle es que justo se habían acabado los falafel así que no salieron en simultáneo los dos falafel en pan de pita. Pero bueno es algo menor. Tienen para la venta algunos productos, recuerdo en especial unas aceitunas de Kalamata en lata.

Los boles son muy generosos y sabrosos. Los platos los hacen con productos frescos. El servicio es correcto y rápido. El único inconveniente es que el local no es muy grande y se llena en las horas punta, con lo que si quieres comer allí hay que esperar unos minutos a que alguien deje su mesa libre, aunque también puedes pedir que te lo pongan todo para llevar. El precio no es muy elevado. El plato que elijas más la bebida puede rondar entre 8 y 12 euros.

Un lugar ideal para ir tanto solo como acompañado. El shawarma estaba buenísimo. Y los tés fríos súper recomendables.

El mejor falafel de toda españa … comida fresca y deliciosa

Delicioso. Muy buen falafel. Sabroso y jugoso.

Muy buen sitio para comer falafel de buena calidad. Te ponen un buen plato con condimentos variados de todo tipo. Me he quedado con ganas de probar más. El staff muy amable y sonriente

Para empezar, el ambiente y la atención son fantásticos. La chica que nos atendió nos ayudó a elegir, nos explicó ingredientes y fue, en general, muy amable. Para seguir, la comida es buenísima. Pedimos un falafel y un sabij, ambos en pita, y estaban perfectos. Por último, la localización y el local están muy bien, a un paso de Antón Martín.

Buen falafel en pleno Antón Martín. Soy muy fan de esta comida y en cuanto descubrí este restaurante estaba deseando probarlo. Pedí a domicilio y fue una grata sorpresa. Platos enormes, mucho sabor y producto muy muy bueno. Deseando de volver.

Este lugar ha estado abierto por algún tiempo y tiene un buen diseño. El personal es agradable y habla bien inglés. Puede encontrar muchas otras opciones para el desayuno o el brunch. También tienen bebidas, jugos, batidos, sándwiches y ensaladas. Todo está muy fresco. Es una buena opción .

Es una maravilla, la carta es simple y los platos riquísimos, sabrosos, la comida te la comes con los ojos. El sitio es muy agradable además, pase un rato muy bueno comiendo y tomando un té. Volveré seguro y siempre se lo recomiendo a todos mis conocidos.

Comida vegetariana áspera y monótona para paladares ascéticos o elementales. Entremos en detalles. Se sirve arroz con lentejas y una de tres opciones de alimento fundamental: 5 bolas de falafel, berenjena o saoarma de seitán. A ello se pueden añadir todos o algunos de los siguientes ingredientes: hummus, mojo canario, zanahorias con limón, repollo crudo, cebolla, tomate, pepino y perejil. Se remata el conjunto con un chorreón de salsa, a elegir entre la de tahini, la de curry o ambas. Se presenta en bocadillo de pan de pita o en plato hondo de metal (ahora se le llama bowl, you know), y se puede ingerir en el local o en otros lugares. No se ofrecen cuchillos porque realmente no son necesarios. Sobre la barra hay distintos cubiletes que contienen cucharas, tenedores y cucharillas, y también pilas de servilletas de papel (sí, reciclado). El cliente pilla lo que considera apropiado si ha decidido comer dentro del establecimiento. El procedimiento de compra y consumo es el siguiente: Primero se pide, se paga y se deja el nombre. Después se espera a ser llamado. Luego se va indicando al empleado (sí, también hay empleadas, pero, como no tengo que adular a nadie, yo solo uso el término genérico) qué guarnición se desea recorriendo la barra sobre la que se encuentra el mostrador (apuesto a que lo llaman display). Se procede entonces a la entrega del plato y el cliente va y se busca la vida, porque servicio de mesas no existe. Naturalmente se pueden pedir bebidas embotelladas o vasos de agua, todo lo cual se expide en la barra. Si uno decide consumir dentro del local, busca un lugar para hacerlo en la propia barra, en una de las 3 o 4 pequeñas mesas pegadas a la pared opuesta, o en una salida al fondo a la izquierda con dos grandes mesas para 4 personas y una para dos. La decoración es minimalista de presupuesto también mínimo y sin intención estética. Resulta increíble y admirable: ¡no hay ladrillo visto a la vista! Las paredes desnudas y los techos están pintados de blanco, y el suelo exhibe baldosas antiguas pero sin pasarse, digamos vintage, siendo amplio de miras. La experiencia gastronómica: alimentos vegetales saludables, bastos, secos, de sabor uniforme y sin contrastes o matices. Al segundo falafel, mi paladar bostezaba. El precio: 8,50 € por un plato metálico conteniendo verduras ordinarias, en un local estrecho con unas pocas mesas sin mantel y sin ningún tipo de servicio, resulta una cantidad ligeramente excesiva, en mi opinión. Conclusión: una vez en la vida o bajo condiciones de apresuramiento o de mucha desgana, este establecimiento, que se anuncia como de slow food por razones que se me escapan, le puede servir al hambriento de paladar cementicio para cubrir su necesidad, si no está sujeto a un presupuesto muy apretado. Pretender algo más yo creo que sólo conduciría a la frustración.

La comida es muy rica pero el servicio es nefasto. Dos veces he hecho pedido y las dos veces han entregado el pedido incompleto. Además cuando he ido en persona los que te atienden están comiendo mientras te atienden y te preparan el pedido. Le he dado a este lugar varias oportunidades pero ya no vuelvo. Cuando abrió todo iba genial, pero la calidad del servicio ha caído considerablemente. Es una pena porque en un momento era excelente.

He estado esperando bastante tiempo de pie esperando a ser atendido. Al escanear el QR del menú, hay muy poca descripción de lo que contenía y parecía contradictorio: por ejemplo una pita marcada como vegana (VG) que contenía huevo duro.

Me encanta la comida - siempre es buena; rico y saludable y no muy caro. Hay que esperar bastante para que te atiendan a veces. No tienen la culpa los trabajadores; es que es muy popular con Glovo, UberEats etc y hay poca gente para servir a los clientes del restaurante

Da gusto ir a comer o cenar a un sitio donde son tan majxs. La comida está rica. El bol de shawarna de setas es generoso y está súper deli. Recomiendo comerlo en el sitio, pero también te lo puedes llevar a casa. La limonada está rica rica y además te dan una tarjeta para sellar tus pedidos. El quinto y el décimo te puede salir a mitad de precio o free.